martes, 29 de marzo de 2011

Ejercicio de Composición Libre I: Entre las Sabanas.

Estaba en mi bar favorito tomando un trago para aplacar el aburrimiento que tenia, cuando de repente llego él. Como de constumbre se sentó en la barra y pidió un trago y comenzó a mirar a las chicas que pasaban por su lado, como si buscara alguna en especial. Me levanté de la mesa, me acerqué a la barra cancelé m cuenta y caminé hacia la salida.


Tenia el presentimiento de que había alguien siguiéndome, mire hacia atras y hay estaba él, apoyado en la puerta de su auto mirándome con desesperación. Yo lo ignoré y seguí mi camino hasta que llegué a la esquina donde se atrevió a llamarme y se ofreció a llevarme a casa.
Lo pense durante un momento y acepté su invitación. Al subirme al auto pensé en el riesgo de ir a casa con un desconocido, pero en realidad no era un aparecido, él solo era el tipo guapo de la barra que miraba los viernes en la noche. Hubo un silencio sepulcral hasta que yo rompí el hielo y le pregunte su nombre, qué hacía, qué edad tenía y cuál era el motivo de invitación. Él tranquilo me respondió -Me llamo Franck, tengo veinti seis años y quiero conocerte mejor-Solté una pequeña risa nrviosa, lo miré a los ojos mientras cambiaba el semaforo que estaba en rojo. La luz de la calle iluminaba su cara y resaltaba el hermoso color marron de sus ojos que me estrecieron de pies a cabeza. Su mirada expresaba deseo y  la mía que ganas de que algo pasara.


Al llegar a mi casa lo invité a pasar para tomar un trago y aceptó sin pensarlo y complacido de mi invitación. Nos sentamos en el sofá, tomamos unos tragas y compartimos nuestros intereses y me di cuenta al frente el hombre de mis sueños. Puse algo de música suave y comenzamos a bailar. Mientras bailabamos me abrazó y me miró fijamente a la cara y me dijo -¡Eres Hermosa!- y se lanzó  mis labios y me ¡Besó! Lo normal seria detenerlo, pero senti tanto placer que lo que hice fue seguirle la corriente y continuamos besandonos por mucho tiempo. Al separar nuestros labios nos quedamos en silencio y  de repente se fue la luz.


Asustada salí corriendo a mi cuarto en busca de una vela, cuando la encontré él estaba parado en la puerta de mi cuarto con su ensendedor en la mano para ensender  las velas.
Mi cuarto parecia una alcoba de película porno, sabanas vino tinto de seda, poca luz y dos personas ardiendo de pasión. De nuevo se lanzó a besarme, puso sus manos en mi cadera y comenzó acariciar la figura de mi cuerpo hasta llegar a cierre de mi vertido, el cual bajo lenta y suavemente. Yo tambien hice lo mismo con el, comence por quitarle la gabardina hasta que llegue a los botones de su camisa, los cuales solte con delicadesa.


Al mirarnos estabamos desnudos en medio de la luz de las velas y ardiendo con el sudor de la pasión.  Esa noche pasó todo lo que una mujer espera que un hombre le haga, tuve placer, amor y sexo sin tener que visitar un motel porque desde mi cama realice el mejor viaje de placer de toda mi vida.

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